NAUCHER
Durante la jornada de ayer tuvo lugar en Madrid la asamblea
general de la Asociación de Navieros Españoles (Anave), encuentro que ha
significado el cambio en la presidencia tras seis años en los que
Adolfo Utor (Baleària) ha estado al frente de la entidad, dejando paso a
Alejandro Aznar (Naviera Ibaizábal), que compaginará el cargo con la
presidencia del Clúster Marítimo Español.
El encuentro de la junta, al que siguió una comida en el
incomparable marco del Hotel Ritz, fue particularmente importante por
varios motivos: el primero, la entrega del Carus Excellence Award,
otorgado por la compañía Carus PBS, a Vicente Boluda Fos, presidente de
Boluda Corporación Marítima. Un premio entregado por el consejero
delegado de la compañía nórdica Anders Rundberg, y por el máximo
responsable en España y Portugal, José Rodríguez.
También ha servido para que Adolfo Utor, como presidente saliente,
ofreciera la noticia del reingreso de la compañía Acciona
Trasmediterranea en Anave, después de su salida años atrás. En el acto
han estado presentes varios diputados, presidentes, directores generales
y altos ejecutivos de las principales compañías del sector naviero y
marítimo español y, por parte de la Administración, el presidente de
Puertos del Estado, José Llorca y el director general de Marina
Mercante, Rafael Rodríguez Valero, entre otros.
La asamblea también sirvió para la presentación del último estudio
elaborado por Anave en el que se analiza de forma concreta el mercado
naviero internacional, con especial incidencia a la situación en España.
Como se ha explicado, en la previa al almuerzo, Vicente Boluda
recibió el galardón que otorga Carus (patrocinador también del
acontecimiento) recogiendo el testigo del director general de la Marina
Mercante, Rafael Rodríguez Valero, galardonado el año pasado. José
Rodríguez definió a Boluda como uno de los principales exponentes de las
navieras españolas y miembro, además, de la comisión permanente de
Anave o de la Asociación Naviera Valenciana. En su breve discurso en la
recogida del premio, Boluda que representa a una empresa con más de 175
años de historia, agradeció el galardón como un estímulo para poder
seguir creciendo en la misma línea y reivindicó la importancia del
sector naviero en España.
Posteriormente, tomó la palabra –como es tradición en la asociación-
el presidente saliente, Adolfo Utor.
Al principio del discurso anunció con ímpetu el reingreso de
Trasmediterranea en Anave. Un hecho “que nos va a permitir volver a
representar a la generalidad del sector naviero español, algo que
considero especialmente importante en la situación actual, en la que
conviene que el sector esté lo más unido posible”.
Utor reconoció la dificultad de su mandato de los últimos años y
animó y brindó su apoyo a Alejandro Aznar. “La crisis –apuntó Utor-
pilló por sorpresa al sector marítimo mundial, que llevaba varios años
con un boom de encargos de nuevas construcciones”, con lo que el
excedente creó un recrudecimiento del encargo de fletes, una situación
que señaló como cíclica.
Más contundente se mostró con el marco regulatorio, sobre todo en el
ámbito del Medio ambiente, “que cada año nos trae nuevas normas, con
nuevos requisitos que suponen más y más costes”. En este sentido “la
inseguridad jurídica en la aplicación de las normas medioambientales no
es, ni mucho menos, una excepción”, tanto a escala nacional como
internacional”.
Utor reclamó al ministerio de Fomento el máximo apoyo “y conste que
no hablo de dinero”, dijo, “sino de la máxima colaboración, consulta y
trasparencia a la hora de adoptar nuevas normas que nos afecten”. El ya
expresidente de Anave apuntó que la Administración española debe velar
por el interés de sus empresas “y no debe publicar ninguna norma sin dar
un período de tiempo razonable a los armadores para que puedan
prepararse y sin que se hayan instruido a las Capitanías Marítimas”.
Adolfo Utor también realizó un repaso rápido a los cambios en las
normativas que afectan al sector naviero. Concretamente a la Ley 14/2014
de la Navegación Marítima, impulsada por la dirección general de Marina
Mercante, y “que valoramos positivamente porque ha actualizado y
consolidado la legislación marítima”. No obstante fue crítico con las
imposiciones externas, sobre todo las venidas desde el seno de la Unión
Europea y donde, a juicio del expresidente de Anave, el Ejecutivo
español no ha sabido defender a las empresas. Concretamente se refirió a
la Ley 33/2010, de revisión del régimen de tasas portuarias; a la
decisión de declarar ilegal el sistema español de tax lease en
julio de 2013 o a la última andanada de la Administración comunitaria a
España con la sentencia del Tribunal de Luxemburgo contra el sistema
español de la estiba.
En este último punto imploró Utor al presidente de Puertos del Estado
la presencia de armadores y cargadores en las negociaciones del futuro
sistema que debe dar pie al cumplimiento de la sentencia de la Comisión,
una materia que no le haría demasiada ilusión a José Llorca a tenor de
la cara que puso y de su posterior respuesta. Utor, sin embargo, cree
necesaria la intervención de los navieros (junto a trabajadores y
empresas de la estiba) para “conseguir la mayor eficiencia posible de
los puertos españoles”.
En su discurso, de cal y arena, también aprovechó para felicitar a
Puertos del Estado por la puesta en marcha del Observatorio de Servicios
Portuarios”, una iniciativa pionera en el mundo que “cuenta con el
apoyo de Anave”.
A la Administración también le reclamó que España ratifique lo antes
posible el convenio de Hong Kong sobre el reciclaje de buques y que
hagan lo posible para conseguir que los puertos nacionales se conviertan
en un referente mundial en el suministro de gas natural licuado (GNL)
mucho antes del año 2025, para cuando la Unión Europea lo tiene
aprobado.
Finalmente Utor lamentó la pérdida del potencial internacional de la
flota que navega bajo pabellón español, que ha descendido el 13% en los
dos últimos años y medio y el 27% en capacidad de carga. También lamentó
se mostró afligido con la salida de España de la lista Blanca del MoU
de parís, a partir del próximo mes de julio, que conllevará un
endurecimiento de las inspecciones en los buques.
En este punto Utor señaló que la Administración debe dar potestad a
las empresas clasificadoras “con enorme capacidad técnica y prestigio
internacional” para realizar los controles que vuelvan a colocar a
España en la lista Blanca lo antes posible. Además, sobre el Registro
Canario, el expresidente de Anave expuso “las dificultades técnicas que,
a día de hoy, lo hacen poco atractivo” y señaló que desde la asociación
han hecho llegar al Ministerio de Fomento una propuesta para su reforma
en dos órdenes: técnico y laboral; algunos de cuyos puntos son de
rápida adaptación “en cuestión de semanas” y que repercutirían para bien
en la propia Administración española.
Cerró los discursos el presidente de Puertos del Estado, José Llorca,
que lejos de discursos triunfalistas de anteriores ocasiones, reconoció
la dificultad que entraña el gobernar para todos. Apuntó, eso sí, los
logros conseguidos en la reducción de las tasas a los buques en los
puertos –una medida que la mayor parte de los presentes en la sala
consideraban necesaria, a la vez que insuficiente- y el crecimiento del
comercio internacional que ha situado a los puertos españoles a la
cabeza del continente.
Le queda mucho trabajo por hacer a Alejandro Aznar al frente de
Anave. Sin embargo, la vuelta de Trasmediterranea a la entidad y la
unión que ayer se hizo patente en la asamblea general hacen presagiar
una mejora de la situación en un horizonte a corto o medio plazo, sobre
todo si la Administración española colabora con el sector y lo defiende
–como es su obligación, por otro lado- sin apriorismos y con voluntad
de diálogo y participación con las empresas.
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